En Cuba, las primeras viviendas se construyeron tras las murallas que protegían la ciudad. En una época donde los ataques de piratas eran comunes, era necesario estar lo más resguardado posible. Estás viviendas se levantaron muy juntas, como si se unieran para mayor protección, alrededor de una plaza donde se desarrollaba la vida y el comercio de la ciudad. En La Habana Vieja, existen cuatro plazas, cada una con una finalidad diferente. Una de ellas es la Plaza Vieja, y es de la que voy a hablar en mi publicación, junto con la arquitectura que la rodea.

Pienso que soy afortunada de tener en mi país todos estos lugares tan bien cuidados y conservados donde puedo conocer tantas cosas de interés histórico y cultural. En La Habana, la oficina del historiador ha dedicado tiempo y esfuerzo en la restauración de la zona histórica de la ciudad y en mantener su arquitectura colonial tal y como era en otras épocas.

Durante un tiempo, esta plaza fue conocida como la Plaza Nueva, pero con el paso de los años se construyó otra plaza en una zona diferente y entonces los habaneros comenzaron a llamarla La Plaza Vieja, nombre que mantiene hasta hoy.

Este amplio espacio estaba rodeado únicamente por casas de vivienda y comercios, y al observar el lugar, podemos conocer cómo estaban diseñadas las viviendas hace algunos siglos atrás, ya que está Plaza siguió creciendo, y con el tiempo se fueron levantando viviendas más elegantes y de mejor calidad. Visitar La Plaza Vieja es como estar en un gran museo al aire libre.

Cuba es un país tropical, con un clima bastante cálido y las viviendas se construían con el propósito de contrarrestar lo caluroso del clima, por lo que podemos ver muchos portales bajo techos que permitían a las personas caminar y resguardarse del sol bajo su sombra y amplios ventanales y balcones para que entrara la brisa. En todas las edificaciones que rodean la plaza, podemos ver este tipo de diseño.

En esta plaza solo se permite el paso de personas para conservar el adoquinado de sus calles. Todo el lugar es muy colorido, en las edificaciones destacan sus balcones que sobresalen de los apartamentos, los altos ventanales con hermosos vitrales, y la secuencia de arcos de medio punto con su bella armonía.

En el centro de la plaza, se encuentra una fuente de mármol blanco que reemplaza a la antigua fuente que solía estar en ese lugar. Sobre la fuente y en el suelo, siempre hay muchas palomas, ver a estas aves volando alrededor siempre me provoca una sensación de paz y tranquilidad. También hay una singular escultura que adorna el lugar, simulando un árbol o una planta que creciera en medio de los adoquines de la plaza.

La Plaza Vieja es Patrimonio de la Humanidad, por lo que es una zona muy visitada por turistas. Recuerdo que hace algunos años estuve de paseo por este lugar, aunque lo recordaba de manera diferente. En mi memoria, la plaza estaba mucho más animada, con más personas alrededor. En una esquina había una cafetería al aire libre donde recuerdo haberme tomado la malta con leche más rica que he probado. Esta vez me pareció todo un poco desolado, aunque quizá fuera porque era día entre semana.

Está Plaza es una de las más populares de La Habana, un lugar que debería ser visitado por todos los que quieran conocer las maravillas de mi ciudad.

Espero que hayan disfrutado conocer esta antigua plaza colonial.