My congratulations my friends from Hive, I am writing to share my experience on a visit last Saturday to the Ciénaga de Zapata National Park, located in the south of the province of Matanzas, in Cuba, specifically I want to tell you about the Crocodile Farm.
The crocodile farm is undoubtedly a beautiful place, the visit was spectacular, as I was accompanied by my family: my son, my husband, my granddaughter and two very special friends, a young Mexican and his work colleague, who joined us to discover the wonders of this natural reserve.
Our visit began early in the morning, with the sun slowly awakening over the Zapata swamp, tinting the sky with warm tones and painting nature with a magical light. As we got closer we were surprised by the amount of birds that fluttered around us, vibrant colors adorned the landscape, my granddaughter for the first time saw the woodpecker, which is very colorful and did not stop hitting the wood with its long beak, hence its name, being in contact with nature, reminded us how important and necessary it is to preserve it.
The Crocodile Farm is a place dedicated to the conservation and protection of these fascinating creatures.
We observed the crocodiles in their natural habitat, swimming lazily in the calm waters, while learning about their ecosystem and the importance of their preservation for the balance of biodiversity in the region.
My granddaughter was thrilled, her eyes shining with wonder at seeing these imposing reptiles up close, while Juan our Mexican friend shared with us his knowledge of the local fauna, enriching our experience with his unique perspective. Amidst laughter and conversation, we explored every corner of the hatchery, marveling at the majesty of nature and the fragility of its balance.
We shared with a local craftsman, who makes his works with precious wood that exists in the area, both my son and his friend bought some souvenirs to give to their friends when they return to Atlanta, as they both live there.
A ranchón is being built in the area, which is used to welcome visitors and explain to them about the place and especially about this endemic species of Cuba, we thought it was a very good idea, because although it is very well signposted and explained by signs, a guided tour is spectacular.
After our visit to the hatchery, we ventured further into the Zapata Swamp, discovering plant and animal species we had only seen in books or documentaries. Wild orchids, majestic herons, and even the elusive manjuarí, a fish endemic to the region, crossed our path, reminding us of the importance of conserving these natural spaces for future generations.
In the evening, we returned to our lodging, tired but happy for the experience lived in the Zapata Swamp. We fondly remember every moment shared, every discovery made, and we feel grateful for having had the opportunity to immerse ourselves in the beauty of nature and connect with its mysteries.
The Zapata Swamp is much more than just a tourist destination, it is a treasure of nature that invites us to reflect on our relationship with the environment and the importance of preserving biodiversity. Through our visit to the Crocodile Farm, we were able to witness the beauty of this unique ecosystem, leaving an indelible mark on us.
In every glance, in every smile, in every shared moment, the magic of the Zapata Swamp was present, reminding us that the true richness of this world resides in the diversity and harmony of nature.
The images are our own.
I used the Translator Deep.
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Mis parabienes mis amigos de Hive, les escribo para compartir mi experiencia en una visita realizada el sabado pasado al Parque Nacional Ciénaga de Zapata, situado al sur de la provincia de Matanzas, en Cuba, en específico deseo contarles acerca del Criadero de Cocodrilos.
El Criadero de cocodrilos es sin dudas un lugar precioso, la visita fue espectacular, pues fui acompañada de mi familia: mi hijo, mi esposo, mi nieta y dos amigos muy especiales, un joven mexicano y su colega de trabajo, que se unieron a nosotros para descubrir las maravillas de esta reserva natural.
Nuestra visita comenzó temprano en la mañana, con el sol despertando lentamente sobre la ciénaga de Zapata, tiñendo el cielo de tonos cálidos y pintando la naturaleza con una luz mágica. A medida que nos acercábamos nos sorprendía la cantidad de aves que revoloteaban a nuestro alrededor, colores vibrantes adornaban el paisaje, mi nieta por primera vez vio al pájaro carpintero, el cual es muy vistoso y no dejaba de dar con su largo pico golpes en la madera, de ahí su nombre, estar en contacto con la naturaleza, nos recordaba lo importante y necesario que es preservarla
El Criadero de Cocodrilos, es un lugar dedicado a la conservación y protección de estas fascinantes criaturas.
Observamos a los cocodrilos en su hábitat natural, nadando perezosamente en las aguas tranquilas, mientras aprendíamos sobre su ecosistema y la importancia de su preservación para el equilibrio de la biodiversidad en la región.
Mi nieta estaba emocionada, sus ojos brillaban con asombro al ver a estos imponentes reptiles de cerca, mientras que Juan nuestro amigo mexicano compartía con nosotros sus conocimientos sobre la fauna local, enriqueciendo nuestra experiencia con su perspectiva única. Entre risas y conversaciones, exploramos cada rincón del criadero, maravillándonos con la majestuosidad de la naturaleza y la fragilidad de su equilibrio.
Compartimos con un artesano de la zona, el cual realiza sus obras con madera preciosa que existe en el entorno, tanto mi hijo como su amigo compraron algunos souvenirs para obsequiarles a sus amigos cuando regresaran a Atlanta, pues ambos viven allí.
En el área se está construyendo un ranchón, que se utilice para darle la bienvenida a los visitantes y explicarles acerca del lugar y sobre todo de esta especie endémica de Cuba, nos pareció muy buena idea, pues aunque está muy bien señalizado y explicado todo por carteles una visita guiada es espectacular.
Después de nuestra visita al criadero, nos aventuramos aún más en la Ciénaga de Zapata, descubriendo especies de plantas y animales que solo habíamos visto en libros o documentales. Orquídeas silvestres, garzas majestuosas, y hasta el esquivo manjuarí, un pez endémico de la región, se cruzaron en nuestro camino, recordándonos la importancia de conservar estos espacios naturales para las generaciones futuras.
Al anochecer, regresamos a nuestro alojamiento, cansados pero felices por la experiencia vivida en la Ciénaga de Zapata. Recordamos con cariño cada momento compartido, cada descubrimiento realizado, y nos sentimos agradecidos por haber tenido la oportunidad de sumergirnos en la belleza de la naturaleza y conectar con sus misterios.
La Ciénaga de Zapata es mucho más que un simple destino turístico, es un tesoro de la naturaleza que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el entorno y la importancia de preservar la biodiversidad. A través de nuestra visita al Criadero de Cocodrilos, pudimos ser testigos de la belleza de este ecosistema único, dejando en nosotros una huella imborrable.
En cada mirada, en cada sonrisa, en cada momento compartido, la magia de la Ciénaga de Zapata se hizo presente, recordándonos que la verdadera riqueza de este mundo reside en la diversidad y la armonía de la naturaleza.
Las imágenes son propias.
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